domingo, 23 de mayo de 2010

San Clemente



San Clemente

Dir. Raymond Depardon / FRA (1982)

En la toma inicial de este documental de Raymond Depardon, el crew es invitado a retirarse de las instalaciones del hospital psiquiátrico en Venecia donde están filmando la cinta. En seguida hay una toma área de San Clemente, como en una postal, que nos facilitará la forma de relacionarnos con el espacio y comprender dónde se encuentran los personajes que vamos a conocer. Depardon es un documentalista que revela verdades con una cámara observadora, pero no lo hace incisivamente como Wiseman sino que pareciera que el realizador pensaría que algunas personas sólo tendrán posibilidad de ver un documental sobre ese tema en su vida; así que aprovecha, arriesga y no pone bandos marcados, no denuncia tan evidentemente, muestra la verdad tal cual es, para que no haya dos caras de una misma moneda sino que lo muestra todo y el espectador hace el trabajo que le corresponde, ya sea solo observar, o actuar, o juzgar.

Su punto de vista es a corta distancia, al tú por tú, tan cerca que nos hace sentir que conocemos de lleno a las personas. Si bien es un retrato menos crudo de una institución, que el de Wiseman, causa más lástima pues en este film conocemos más a fondo a cada uno de los enfermos y empatizamos con ellos. Al igual que Wiseman es un director que hace uso del blanco y negro, a pesar de estar en una época donde el color es una generalidad en la industria. Esto tal vez para hacer uso de los contrastes, la ropa de los enfermos, los trajes de los doctores, etc. Igualmente utiliza la cámara en mano, pero es una cámara más suave, más cerca de los protagonistas. No sabemos a ciencia cierta la naturaleza de su estructura, pero esto no importa, si tiene saltos de tiempos son inadvertidos y si no está editado en orden cronológico, seguramente está diseñado así para que funcione mejor.





El documental de Depardon maneja una temática que va más enfocada a las relaciones humanas y a la misma persona, mas que a una institución en general. Es por eso que en esta cinta no se ven tantos doctores, y que el trato con ellos, si bien no es del todo bueno, es un poco mas cordial. Depardon utiliza tomas más largas, hace que su cámara espera a que los acontecimientos se desarrollen delante de ella. Hay escenas en las que un hombre, por poner un ejemplo, va y viene, va y viene. El hombre repite las acciones, y repite lo mismo. Esto causa una especie de aversión al lugar, un hipnotismo que genera el encierro. Hay una escena memorable donde los pacientes salen a la calle y una mujer le da su dirección a un fotógrafo. No se si sea la cultura italiana, o europea en general, pero pienso el realizador no quiere entregar una visión tan violenta como Titicut Follies, aunque no por eso deja de ser cruda, sin embargo en San Clemente no aparecen tomas de intervenciones.






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