sábado, 29 de mayo de 2010

The Devil and Daniel Johnston




The Devil and Daniel Johnston

Dir. Jeff Feuerzeig / USA (2005)



"I believe in God, and I certainly believe in the devil.

There’s certainly a devil, and he knows my name.”

Daniel Johnston.


La delgada línea que existe entre la genialidad y la locura es uno de los temas que toca el documental The Devil and Daniel Johnston del director Jeff Feuerzeig, que presenta la vida de éste compositor-músico-pintor, pero que desgraciadamente la combinación de su estado emocional y su introducción en el mundo de las drogas, lo llevan a caer drásticamente, cuando estaba destinado a convertirse en una gran figura, aunque no puede negarse el hecho de que es un gran artista.



En el documental podemos ver el origen de sus creaciones, desde que se gestan; por ejemplo su relación con sus padres, Laura, sus amigos, David en particular, etc. No podemos decir que haya sido un cambio drástico, sino al contrario, creo que las etapas de su locura se fueron desenvolviendo tan sutilmente que nadie se daba cuenta muy bien de lo que estaba pasando. Al ver las cintas caseras que hacía de adolescente, uno podría pensar que el joven Daniel era un muchacho con una creatividad desbordada que, bien canalizada, podrían llevarlo a convertirse en todo un artista. Desgraciadamente parece que la familia no estaba lista para tener semejante talento en casa, y ellos deseaban que se dedicara a cosas más mundanas, y sobretodo que asistiera más a la iglesia, pues tienen un fuerte arraigo hacia esta. La relación que tiene Daniel con sus padres es uno de los tópicos que más abarca el documental, y a pesar de que al principio somos testigos de la mala relación que tenía con su madre, al final vemos que siempre hubo un gran amor y sus padres jamás lo han dejado sólo. Sobretodo su padre, quien siempre ha vivido para él. Una de las verdades que tal vez deja fuera el documental, es lo que opinan los hermanos de esto. ¿Qué tan agotador será ser el hijo que no recibe atención, si el que siempre tiene los problemas es el que está bajo el reflector? Creo que hubiera sido un acierto el preguntar a los hermanos acerca de esto.








A pesar de involucrar mucho las impresiones familiares, el documental nunca se vuelve cursi, sino emotivo. Esto debido a que no hay clichés, sino solo acontecimientos verdaderos, por eso valía la pena hacer un documental sobre su persona. Él no es un rockstar, no es un Kurt Cobain, el desadaptado del mainstream, pero que vive inmerso en éste. Cobain luego se convierte en su fan. Daniel, difícilmente sabía quien era Nirvana. Una cosa que me hizo reflexionar es que es uno de esos documentales donde la persona a quien se presenta ya tiene su vida filmada en su totalidad. En este hecho posmoderno, encontramos ya todo un material que debe ser recopilado, y que gracias a la creatividad de Daniel, se llevará un buen tiempo de edición, puesto que como buen artista, tenía mucho material. Es curioso como me ha recordado Tarnation de Jonathan Caouette, sin embargo éste no tenía tanto material, y el que tenía es exclusivamente suyo (aparte de los clips de la vida de su madre). El material de Daniel no es exclusivamente sobre él, Daniel no se encierra en su cuerpo, como Jonathan, sino que explota creativamente con lo que tenga cerca, una guitarra, unos crayones, lo que sea. En Tarnation vemos un ejercicio personal, la única voz cantante es la del realizador (en este caso el propio Caouette); en The Devil and Daniel Johnston, el director decide acertadamente, darle más tiempo a las voces de la gente que está cerca de Daniel. Hay entrevistas, las magníficas cintas grabadas, filmaciones, algunos re-enactments, animaciones, etc. que lo hacen muy rico visualmente. También incluye material prestado, como esa graciosa escena donde es comparado a su manager con Woody Allen en Broadway Danny Rose.








Es interesante el contraste que existe entre los dibujos de Daniel y la “inocencia” de sus letras, las cuales podrían tratarse de lo que fuera, desde el amor, hasta refrescos (Mountain Dew). Sus dibujos son perturbadores, sobretodo ese diablo de pestañas enormes al que usa como leif motiv El director realiza un fino montaje de una muy buena manufactura, pero en ningún momento se siente un documental de autor, maneja un bajo perfil. Al final, nos deja un relativo buen sabor de boca, al enterarnos que Daniel está estable, sigue componiendo y pintando, sin embargo se siente cómo esa frágil felicidad puede durar poco.







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