lunes, 25 de enero de 2010

Nobody's Business.





Nobody’s Business
Dir. Alan Berliner. USA (1996)


Alan Berliner toma la vida de su padre para hacer una reflexión acerca de las relaciones padre e hijo, teniendo como marco histórico el siglo XX, generación tras generación. Es sabido que los Estados Unidos es un país donde convergen decenas de culturas y la familia de Berliner no es la excepción. El padre, Oscar, inmigrante polaco, no le interesa su legado histórico a diferencia de su hijo Alan, quien parece muy interesado en encontrar sus raíces europeas, para seguir adelante. El exilio de los padres a un país que no es el suyo, y luego la rendición de cuentas con su descendencia es un tópico que he tenido oportunidad de observar en otras obras como “La Invención de la Soledad” de Paul Auster, o la novela gráfica “Maus” de Art Spiegelman. El ver “Nobody’s Business” me recordó estas grandes novelas por la similitud de la relación que tienen los padres inmigrantes con sus hijos; los padres poseen el mismo carácter descuidado y gruñón, y los hijos están muy interesados en conocer la historia de sus antepasados.

Asimismo, cuando Oscar Berliner le reclama a su hijo el hecho de que su documental será un fracaso pues es sobre una persona que nadie conoce, me hizo pensar acerca del cine de ficción, pues la mayoría de veces que vemos una pelicula de éste tipo trata acerca de gente que (sí, interpretada por actores) también son desconocidos, gente que tienen vidas que, al igual que la de Oscar Berliner, no deberian importarnos, sin embargo no son los eventos de su vida, comunes o extraordinarios, lo que nos atrae a una historia, sino como ésta es contada. Y “Nobody’s Business” es extraordinariamente narrada. Finalmente, del lado técnico, podemos decir que es un documental, a manera de collage, con mucha información, muchos cortes y varios formatos que lo hacen rico visualmente. Con ayuda de cintas caseras en Super 8, video, fotografías, secuencias prestadas de películas, etc. Berliner hace que su documental mantenga una tensión y genere ungran interés en el espectador. Tal vez lo que yo hubiera deseado son más escenas con el Oscar Berliner actual, de frente a la cámara.




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