lunes, 15 de marzo de 2010

Videogramas de una Revolución.






Videogramas de una Revolución.

Harun Farocki, Andrei Ujica. ALE (1992)
AMBULANTE 2010


Ceausescu da un discurso en Bucarest frente a la población una tarde de diciembre de 1989. Un disturbio a lo lejos lo distrae. Éste voltea, sin embargo sigue hablando y desea concentrarse en su discurso. De repente, se escuchan disparos. La retransmisión en directo se interrumpe. La gente empieza a preguntarse quiénes disparan. La señal es reemplazada por una pantalla roja donde se lee Transmisión en Directo. En esta simple secuencia del documental podemos develar el deseo del gobierno y del cuarto poder por no revelar lo que sucede en realidad en esa plaza. Se quiere tapar la escena donde aparece un motín de subordinados que no están de acuerdo con el régimen. Más adelante nos damos cuenta de esto pues la cámara gira y se observa la revuelta. En contraste, los insurgentes toman la televisión y exponen a todo el mundo su descontento con el gobierno en cuestión.


No hay “revolución” mejor para ser documentada en video que ésta, pues todo sucedió en cuestión de horas, parecía que estaba hecha para ser grabada. Sólo fueron cuestión de días para que Ceausescu pasara de dar su discurso en un balcón, a asesinado junto a su esposa. La imagen de los dos cuerpos sin vida está retratada en una televisión, no vemos las imágenes en vivo, suavizando lo que pudo haber sido un cruento cuadro. Pero éste relato no se trataba del destino de Ceausescu, sino de la lucha de los infiltrados en la televisión rumana que “liberaron” la señal. Es así cómo se gestan las revoluciones al final del siglo XX, haciendo uso de las nuevas tecnologías, en este caso el video y televisión. El material base son las 120 horas ininterrumpidas de material, directo de la señal de la televisión rumana. La pregunta es ¿estos nuevos medios ayudan a los insurgentes, o se banalizan al exponerse mundialmente? ¿Es la nueva revolución por televisión una trivialidad, a manera de un reality show?






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